Vergüenza en Brasil.
Seguridad y policía agredieron a los jugadores de Tigre en el entretiempo. El
plantel no salió a disputar el ST. El árbitro finalizó el partido y Sao Paulo,
que ganaba 2 a
0, se consagró campeón de la Copa
Sudamericana. Una mancha para el fútbol a nivel mundial.
Mucha tristeza, bronca, impotencia. Esas sensaciones deben
vivirse por estos momentos en los jugadores, cuerpo técnico, dirigentes e
hinchas del Matador. Costó mucho llegar hasta estas instancias. Tigre, un
equipo humilde de la
Argentina , fue manoseado y maltratado desde que pisó suelo
brasilero.
Siempre estuvo esa cosita rara en el aire, de que algo
podría llegar a pasar y pasó. Primero el tema de las entradas, una dificultad
enorme para la gente poder canjear los tickets. Luego, la seguridad del
conjunto paulista, no quería dejar reconocer el campo de juego a los de
Gorosito. Por último, la cobarde emboscada de estos mismos “patovicas” en el
vestuario visitante.
Las imágenes fueron claras, es muy poco lo que yo pueda
agregar desde acá. Algunos jugadores fueron lastimados y amenazados con armas
de fuego. Esperemos que la dirigencia de Tigre y sobretodo la AFA , tome cartas en el asunto
y se pongan en contacto con la CONMEBOL. Lo
más triste es que a pesar de todo este escándalo, el que puede sufrir sanciones
es el club argentino, por no haber salido a concluir el encuentro.
Del juego en general, se puede decir que los de la
Zona Norte hicieron unos primeros 20
minutos muy inteligentes, tratando de tener el balón y presionando bien arriba.
Luego los locales, hicieron pesar sus individualidades y de contra metieron los
dos tantos con los que se fueron victoriosos al descanso. Después, ya se sabe
como terminó la historia.
Debemos valorar lo hecho por este grupo. Nadie lo tenía en cuenta
y a fuerza de garra, corazón y humildad, se fue metiendo entre los grandes. Es
una pena muy grande pero hay que seguir. De los jugadores y cuerpo técnico de
Sao Paulo no podemos rescatar algo positivo. Jamás se interesaron en lo que le
pasó a sus colegas, ojalá el remordimiento les coma la cabeza cuando se enteren
de cómo fueron las cosas. Si me preguntan a mi, yo creo que estaban al tanto de
todo.