Imagino los
rostros de los hinchas matadores, desilusionados, sin entender que pasa con el
equipo. La gente ya no recuerda lo que es el goce, ese alarido orgásmico que
provoca el balón al besar la red. Hace mucho que Tigre no convierte, esta vez
no fue mala suerte, jamás inquietó al arquero Sebastián Sosa, es grave la falta
de situaciones, es alarmante este presente en el fondo de la tabla, es
desesperante no conseguir la victoria.
No es culpa
de Arruabarrena, los jugadores son los que entran a la cancha. El DT probó
varios esquemas, ninguno funcionó. Pero son ellos los que tienen que moverse,
la táctica se termina cuando el árbitro pita el inicio del juego. Después de
eso se queman los papeles.
El primer
tiempo fue todo velezano. Los dirigidos por Ricardo Gareca, tuvieron las
mejores chances, pero no fueron certeros. Tigre intentó con algunos centros
aislados, que terminaban en la nada.
En la
segunda mitad, los dueños de casa trataron de tomar el dominio de las acciones,
manejando la pelota, pero sin molestar al rival. Llegó la expulsión de Francisco Cerro,
y parecía que la balanza se inclinaba para el lado local, no fue así…
La roja al
volante del conjunto de Liniers, no influyó en el juego. Vélez volvió a
dominar. Primero lo tuvo Federico Insua, en un mano a mano que tapó Javier
García. Luego el ex Matador Lucas Pratto, reventó el travesaño. Hasta que
Cabral, definió el partido, ante la pasividad a la hora de marcar, de toda la
defensa tigrense. 1 a 0 y final.
La
preocupación está, ya se van acabando las palabras. Queda la Copa y nada más… Y
está difícil, hay que remontar un 0-2… Hay que hacer 3 goles… Y estos
delanteros hace varios partidos que no convierten… Veremos que pasa el jueves
ante los ecuatorianos… Es lo único que nos queda… GARRA Y CORAZÓN TIGRE.
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