TIGRE cayó en su visita a la
Bombonera 2-0. Doblete de Emmanuel Giglioti. El conjunto de Gustavo
Alfaro perdió la brújula.
¿Alfaro sigue sin
encontrar el equipo? Mmm... Yo diría que Alfaro llegó, y se
encontró con este problema. Con estos jugadores que ya se comieron a
dos técnicos, al fin y al cabo son ellos los que se ponen la
camiseta y no la sienten. No todos, pero los hay. ¿Qué se le puede
pedir al DT? ¿Qué vaya para adelante? ¿Con esta defensa desastrosa
que no da pie con bola? ¿Cómo podés concentrarte en atacar, si los
que deben defenderte no te brindan garantías? Quedó en evidencia en
el 2do gol, desde principio a fin de la jugada. No fue error de un
sólo jugador, fue una sumatoria de errores de la línea defensiva,
que se consumaron en el tanto de Gigliotti.
El segundo gol de
Boca fue anecdótico. El Matador ya estaba liquidado después del
penal que Javier García le tapó a Gigliotti, pero que goleador
metió adentro en el rebote. Esos penales que sólo cobran en La Boca
o en Núñez. Ya está, los inocentes somos nosotros. El fútbol es
para los vivos, no para los buenudos.
Lo que se puede
rescatar en la visita a la Bombonera, fueron los primeros 15 minutos
de TIGRE. Un equipo presionando arriba, comiendo los talones en la
mitad de la cancha. La más clara fue la de Sebastián Rincón en el
inicio, definiendo cerca del palo defendido por Agustín Orión. Eso
fue lo más claro del Matador. Bertoglio tuvo un buen primer tiempo
al igual que el colombiano. El resto desentonó.
Es hora que el DT
haga lo que los técnicos anteriores no pudieron: PONER LOS HUEVOS
SOBRE LA MESA. Ponerle los puntos a los jugadores que no ponen ganas,
que no corren, y a los cancheritos también. Donde manda capitán, no
manda marinero. El entrenador debe mostrar su autoridad, porque sino
se lo van a terminar devorando. De pasar esto, el pueblo tigrense,
los verdaderos hinchas de TIGRE, se van a hacer escuchar.
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