Tigre cayó en su visita a La Paternal por
1-0. El gol de Argentinos Juniors lo convirtió Daniel Villalba en el ST. El
Matador fue un equipo sin respuestas y perdió ante un rival directo. Una nueva
medalla para que se cuelgue Caruso Lombardi, ganarle por primera vez a su ex
equipo en Primera.
Si hay
algo que debe dejar tranquilo a los hinchas de Tigre, es que peor de lo que se
jugó ante el Bicho, no se puede jugar. Ojalá este partido sirva para ver todos
los errores, que no se deben cometer en lo que queda del campeonato. Lo visto
ante Racing Club la semana pasada, fue como un espejismo en medio del desierto.
Estos son los partidos que se deben ganar, los que se juegan con los dientes
apretados, los que se ganan hasta con un gol con la mano en el último minuto, pero
se ganan… No sirve de nada darle una clase de fútbol a un puñadito de
individualidades que es la Academia de Avellaneda, que hoy pena en el fondo de
la tabla. En estos partidos chivos es donde hay que sacar la chapa, imponer el
respeto, mostrar una idea, una identidad… Los jugadores no deben dejar en el
olvido lo de hoy, deberán tenerlo bien presente, para que no vuelva a pasar.
Hoy se
volvió a la improvisación. ¿Por qué Diego? ¿Por qué si Araujo la rompió jugando
donde debe jugar, lo volvés a poner de carrilero por izquierda? La única que
tuvo el pibe, fue un remate que sacó Migliore al córner. En realidad, eso fue
lo poco que demostró el Matador en el ataque, muy pobre para lo que nos mal
acostumbraron hace una fecha atrás…
Hay que
reconocer que la lesión de Pérez García, no fue vital, pero perjudicó a la
visita. Sin embargo lo más notorio fue la ausencia de Marcos Gelabert. Fue increíble
ver al pibe Santiago Nagüel, agarrar la pelota en la mitad de la cancha cual
Maradona contemporáneo, y empezar a esquivar conitos hasta llegar hasta la
puerta del área. Hoy se cansó de dejar en ridículo a una defensa tan inestable
que recurrió a las infracciones para cortar los ataques. Keko Villalba entró
picante, aprovechó su velocidad y se llevó los laureles. El conjunto de Caruso
Lombardi, desbordó por todos lados y se abusó de un Tigre dormido.
Esto
recién comienza, pero no hay que acostumbrarse a perder, que no vuelvan los
fantasmas de siempre. Hay que mirar para adelante pero sin olvidar el pasado.
Se viene Quilmes en casa, un nuevo desafío. Que jueguen los que tengan que
jugar, nunca es tarde para cambiar el esquema táctico.
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