Tigre volvió a perder, esta vez en casa
frente a Quilmes. 1-0 con gol en contra de Norberto Paparatto. Se vienen
momentos complicados. Diego Cagna se fue sin hablar.
Tal vez
los jugadores no lo sepan o no les importa, pero con el Cervecero siempre fue,
es y será un clásico. Podés perder en Núñez, en la Bombonera, en Avellaneda,
pero perder con el Quilmes Athletic Club, dos veces en tu cancha, en menos de
tres meses, es un plato difícil de digerir, es una puñalada directa al pecho,
una corona de espinas, una cruz pesada de llevar. Sólo los hinchas de verdad
saben lo que eso significa.
Hoy era
ese día para despegar, para dejar atrás la deplorable actuación en La Paternal,
para empezar a sumar, pero no fue así. Se volvió a dejar una mala imagen, falta
de compromiso en algunos, ineficacia en otros, y sin respuestas desde el banco
de suplentes. Porque no sólo el DT suspendió la conferencia de prensa, tampoco habló
en la línea de cal. Se fue sin dejar que la prensa le pregunte y lleve el
mensaje a los aficionados, ¿Por qué ese desplante? Gorosito no pudo ser lo que
se esperaba como técnico, pero siempre salió a dar la cara, porque la gente
quiere saber, lo que pasa por la cabeza del entrenador, lo que intentó hacer
con los cambios, lo que se va a intentar para mejorar el andar de los jugadores.
En fin, no hubo respuestas. Muy pocos protagonistas hablaron con los medios.
Volviendo
a los 90´de juego, el Matador no fue superado por el rival. El gol fue en
contra de Paparatto, esta vez no tuvo la suerte que si tuvo frente a Argentinos
Juniors, hoy Néstor Pitana convalidó el gol. Los de Nelson Vivas se pusieron en
ventaja en la agonía del primer tiempo, por errores propios del local. Ya
habían avisado con Joaquín Boghossian, que le ganó en el mano a mano al capitán
de Tigre, definió por arriba de Javier García, y la pelota se fue a lado del
palo.
Al
comienzo de la segunda etapa, Cagna le dio el gusto a la gente y puso a Ramiro
Leone, también ingresó el juvenil Joaquín Arzura, de interesante desarrollo. A
Ramiro le costó la falta de rodaje y no tenía una posición fija en el césped de
Victoria.
La más
clara fue una jugada de Sergio Araujo, quien cruzó un remate que pasó besando
el palo. José Sand no tuvo un buen día. Falló un mano a mano increíble ante
Peratta en el PT. El arco estuvo cerrado, aunque tampoco se llegó en demasía.
El
mediocampo regaló muchas pelotas, no ponían la pierna fuerte cuando había que
hacerlo, pero sin dudas, lo peor fue la defensa. Debutó el uruguayo Pintos, se
lanzó bien al ataque, pero nadie acompañó, le costó en la parte defensiva. Guillermo
Cosaro fue el mejorcito de esa zona, aunque la dupla de centrales, dejó en
evidencia su fragilidad. Eso es lo que hay que mejorar cuanto antes. Si hay que
mover piezas, el DT tendrá que poner mano dura en ese aspecto, no se puede
seguir dando ventajas.
Se
viene River Plate en el Monumental, parada durísima, que se gana con los
dientes apretados y con garra. Acá no hay que titubear, que juegue el que esté
mejor.